Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
¿Viste la cantidad de huérfanos que dejaste, Juan José? ¿Llegaste a pensar algún día que más de un actor y un director llorarían tu ausencia permanentemente? ¡Sorpresa! El enfant terrible se volvió padre después de Edwarda, se hizo maestro y guía. Te reconociste elemento dialéctico, te arrojaste de cabeza al juego de contrarios, a la lucha por ver si el otro pretendía ser el ganador de la palabra, de la imagen, de una ráfaga convertida en mirada para atajar la respuesta. Ése era tu territorio. Sentimos que eras inmortal, Juan José. Tu desmesura sin pausa nos hizo creer que las tenías todas contigo. "Para atreverse a ser así, seguro tiene una salvaguarda", nos engañamos. Pero algo hay de eso. No te irás del todo.