Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Édouard Henri Theophile Pingret nace en el crudo invierno de 1788 en la ciudad de Saint Quentin, Normandía; el medio familiar, compuesto principalmente por propietarios agrícolas, cuenta entre sus próximos al célebre general Pierre Cambronne y a ilustres notarios y magistrados normandos. Édouard revela dos capacidaades que desarrollará paralelamente durante toda su vida: las de promotor comercial y artista; en lo que toca a la segunda, su padre lo introduce al taller del pintor Louis David desde la edad de catorce años, y ahí sobresale rápidamente como aprendiz despierto y eficiente. Dos años después emprende un viaje a Italia del norte y se detiene en Roma en dos estancias posteriores, durante las cuales adquiere cierta destreza al frecuentar a algunos maestros de la Academia de San Lucas y hace amistad con los artistas becarios de la Villa Medicis.