Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los kiliwa, o ko'lew, como se llaman ellos a sí mismos, viven en la zona desértica de Baja California Norte, en el Valle de La Trinidad y sus alrededores, cerca de la Sierra de San Pedro Mártir. El kiliwa es una lengua en proceso de extinción, pues en la actualidad la hablan menos de un centenar de personas. Este texto es una versión libre de un fragmento del mito de creación ko'lew y se ha escrito en esta lengua como un intento de atestiguar una tradición a punto de desaparecer.