Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Autor clásico de nuestro periodismo cultural, formado e informado, Alfonso Reyes era también un hombre de amplia visión histórica y agudo olfato político. Aspiraba a aprovechar todo y convertirlo en escritura según José Luis Martínez, quien destaca entre sus características, la variedad de sus temas, la abundancia de sus conocimientos y el cambio de sus tonos, lo mismo que rasgos como la claridad, la curiosidad y la gracia del estilo; en suma, todo aquello a lo que debe aspirar una periodista.En este volumen se reúne cuanto escribió don Alfonso sobre periódicos, periodistas y periodismo. Un primer apartado versa sobre el origen y desarrollo de la prensa mexicana y revisa la aportación de algunos de sus exponentes. El segundo compila textos acerca del periodismo de otras partes, sobre todo de Europa, y el tercero apreciaciones de orden general que incluyen "Hermes o de la comunicación humana", un pequeño tratado en el que se adelantó varias décadas a los más célebres comunicólogos.La lectura de cada página suya es un provechoso deleite, pues a Reyes puede aplicarse lo que él mismo dijo a la muerte del escritor uruguayo José Enrique Rodó: "Ignoró la guerra literaria, el escándalo editorial y la propaganda de librería. Resolvió por la calidad excelente lo que otros quieren resolver mediante combinaciones de infinita malicia. Era el que escribía mejor y era el más bueno. Su obra se desenvuelve sobre aquella zona feliz en que se confunden el bien y la belleza. Y hoy nos volvemos a él como en busca de una arquitectura sagrada que resista al fuego de la barbarie."