El libro trata de un pueblo que habita en la costa central de Sonora, la isla Tiburón y otras más del Golfo de California, como la de San Esteban: los konkáak, vocablo cuyo significado original se ha perdido y hoy significa tan sólo "la gente". Se los conoce también como los seris, término que proviene de la lengua cahita, hablada por sus vecinos del sur, los yaquis, y significa "los hombres de la arena". A partir de una seria y profunda investigación realizada por el autor, con el apoyo de mapas, ilustraciones y fotografías a color, la obra nos permite conocer el hábitat de los konkáak, ese enorme espacio de la costa sonorense donde la conjunción de mar y desierto está empatada con una situación muy paradójica: hay mucha agua en el mar, pero en tierra son extremadamente escasas las fuentes de agua dulce.