España es hoy un país sin un proyecto que aproveche su potencial. Existe un proyecto dominante en España: se trata de un proyecto, articulado por las elites y por los partidos, que no sirve, en la medida en que no establece una relación íntima con las características más importantes y fecundas de la sociedad española. España, un país relativamente pequeño, se está convirtiendo, debido a la escasa imaginación de los que detentan el poder, en un país simplemente pequeño.