Lo que hoy aún sorprende de la obra de Climent es precisamente su desafío al tiempo. No es fácil clasificarla ni situarla en un tiempo determinado. Es más bien una fuerza que permanece y nos abre la puerta a un mundo imginativo muy rico pero nada fácil. Para los historiadores ha sido todo un reto pues la trayectoria de de Climent en España hasta hace muy poco empezo a ser estudiada.