Un par de ojos son dos oes y lo que enmarcan al
fotografiarlo es y no es –y es o no es–, como lo que está de paso en un
ambiente artificial (pocos se escapan) o la intimidad de los sueños de quienes
dormitan en público. Pasajeros
exhaustos, cuartuchos de hotel, estaciones, y en los acuarios peces dislocados
para darles una vaga idea a los viajeros, siempre intrépidos, de aquello que en
la superficie no se alcanza a ver.
¿Verdad o consecuencias?