Conformada por dos obras drámaticas completamente distintas, Brava y navaja es una propuesta innovadora, refrescante e interesada no sólo en reflejar (a través de la mirada crítica y reflexiva que caracteriza a su autora) la preocupante situación de tantos en México que toleran e incluso asumen el abuso y la pobreza, sino también en ser vanguardista y brindarnos una muestra de la sutileza del teatro oriental.
BaravLey acontece en el pueblo de San Juan, donde la justicia no tiene cabida y la suerte siempre emite la última palabra. Encubierta por la ironía y el humor oscuro, expone, a tráves del sufrimiento, el enojo, la frustración y la resignación de su único personaje, una realidad colectiva, y afirma, desde su particular punto de vista, que es imprescindible despreciar la compasión y aceptar el dominio de la fortuna para sobrevivir.