“Referencias de Picasso en México” hace un corte transversal en el tiempo, y nos lleva a recorrer ese mundo agitado de principios del siglo XX en el que se abre camino la modernidad. Época de grandes reflexiones y cambios que llevan a artistas e intelectuales a profundas cuestionamientos. Así, las artes plásticas se ven enriquecidas por un pensamiento reflejado en la literatura, en los escritos simbolistas de Rimbaud, Baudelaire y Mallarmé, y en los textos de poetas como Guillaume Apollinaire, Max Jacob y André Salmon, entre tantos otros. La industrialización, los avances científicos y el naciente nacionalismo abren coyunturas que exigen nuevos planteamientos. París se convierte en el lugar de reunión de artistas e intelectuales. Fue allí donde las ideas, la visión y la fuerte personalidad de Pablo Picasso sobresalieron, planteando nuevos destinos a la expresión. Lupina Lara presenta un amplio recorrido biográfico, a través del cual nos involucra en la agitada vida del creador malagueño, acercándonos simultáneamente a los eventos históricos, así como a la evolución en las distintas etapas de su pintura. Después de leer este texto el lector experimentará confianza para juzgar la obra de esta gran figura de la pintura del siglo XX. Lupina Lara corta en el tiempo para hablarnos de esos momentos en que Angel Zárraga, Diego Rivera, Carlos Mérida, Manuel Rodríguez Lozano, Rufino Tamayo, Alfonso Michel y Francisco Gutiérrez se cruzan con el nacimiento del arte moderno, y en particular con la figura paradigmática de Pablo Picasso. Además de una breve y rica semblanza de cada uno de ellos, ella ahonda en la manera en que concibieron y asimilaron las propuestas de la pintura moderna, liderada primero por Cézanne, y más tarde por Braque, Matisse y Picasso. Los mexicanos, todos ellos de raíces y convicciones profundas, supieron reconocer las dimensiones de lo que Pablo Picasso ponía en evidencia, pero a la vez mantuvieron firmes sus convicciones y sus raíces, herencia del gran Arte Prehispánico.