Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En los años de 1920. Buenos Aires crecía y prosperaba. Cada día los tranvías acercaban al centro a los vecinos de los nuevos barrios. Allí se concentraban las oficinas, los comercios y el entretenimiento los cafés, los cines. Los restaurantes, los cabarés y prostíbulos, y también los teatros, que eran muchos y muy concurridos.
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