En un momento del futuro, Inglaterra sufre una grave crisis económica; no puede importar alimentos ni materias primas porque ningún país acepta su moneda. Escasean los productos de primera necesidad y se deprecia vertiginosamente el dinero. Norman Mortimer prevé la catástrofe que se avecina e intenta salvar de ella a su familia. Compra un caserón victoriano y lleno sus sótanos de provisiones. Pero el arca de salvación es aquí una fortaleza: de lo contrario estaría expuesta a los asaltos de las turbas hambrientas.