Las memorias son un género escasamente frecuentado por los escritores mexicanos. Entre sus contados exponentes está Ricardo Garibay con Fiera infancia y otros años (1982). En este libro el autor busca y encuentra sus días infantiles y adolescentes, esa época después de la cual jamás "fueron los cielos tan altos, tan hondos, tan puramente azules".Sin compasión, la mirada del adulto rememora los miedos -al padre, a fantasmas ensangrentados-, las acogedoras calles terrosas de San Pedro de los Pinos, el viejo centro de la ciudad lleno de universitarios, así como la vida rodeada de prácticas y temores religiosos. Con prosa ceñida, Fiera infancia y otros años nos presenta ese mundo que traza una frontera en el tiempo: "nunca más seré como hasta hoy he sido".