Blaise Pascal (1623-1662) hombre de su tiempo, concilió el estilo del pensamiento directo con el arte de una retorica persuasiva, que empleaba a un tiempo la paradoja, el asombro y la sorpresa. Esta caracterÃstica estarÃa presente por igual en los dos objetos de su estudio: las ciencias fÃsicas y la antropológica cristiana.
No hay nadie más experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 años no sólo es la mayor de cuatro hermanos, también es la compañera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante al la vez que estudia muy duro para las clases. Después de que su padre se marcharse sin ninguna explicación cuando ella tenía sólo 16 años, aprendió una gran lección: no te fíes de ningún tipo con sonrisa arrolladora y un imán natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmático y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer mágicamente mariposas en su estómago y que irremediablemente cambiará su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
Una historia de amor auténtico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que sólo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia.
Los poemas fragmentarios de Ángel Rafael Nungaray nacen de una lid espiritual que los desfragmenta buscando la unidad: juego de azar intelectual o travesura cósmica es la juguetona lucha que los crea y los sostiene, que los apiña y los desmembra. Como un pequeño Dios --a decir Huidobro--, Rafael tiene Ángel y juega a los dados verbales. Fortuitamente este azar lo toca de filósofo y contradiciendo a Einsten toma altos vuelo idealistas para negar el yo y hacer que Dios juegue con los dados del poeta: "No existes tú, ni yo/ todo esto es un juego de Dios". En el vacío de la luz, tema con que inicia este libro, como tal, la luminosidad condensada en el ser se hace emisión de voz, "Soy un monosílabo de la luz", pero también esta luz es sonido y profundidad, tiene filo, es líquida, es "voz corpórea de Dios". Para estas sinestésicas metamorfosis, la luz de la palabra, como la luz de Logros que es "la voz del sol", toma un triple transbordo: se muta, se mimetiza o reboza en la plenitud de la simbiosis para diluir sus apariencias directas en transmutados éteres poéticos: "un vocablo fermenta la luz"; "el vocablo de la luz"; "la luminosa piel de los vocablos".Artemio González García.