Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
La sencillez de la voz que habla es estos poemas es proporcional a la terrible contundencia de lo que dicen. Guerra, violencia y muerte son temas desafiantes para la poesía, que debe servirles de modestísimo molde para que alcancen su expresión mejor. Xhevdet Bajraj la sabe bien: ha servido como sobria caja de resonancia de los trágicos acontecimientos ocurridos en Kosovo a finales de los años noventa. La sustancia de la que están hechos sus poemas obliga a verlos como testimonio del horro, de la ignominia, del vacío. Pero no el horror, ni la ignominia, ni el vacío convencionales. Los poemas de el tamaño del dolor tienen que leerse con otra mirada.