El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
El periodista deportivo es la novela que consagró internacionalmente a Richard Ford, de quien Raymond Carver escribió que era «el mejor escritor en activo en nuestro país» y el crítico francés Bernard Géniès afirmó, en una encuesta en Le Nouvel Observateur, que «se está convirtiendo tranquilamente en el mejor escritor norteamericano». Frank Bascombe tiene treinta y ocho años y un magnífico porvenir como escritor a sus espaldas. Hace tiempo disfrutó de un breve instante de gloria, tras la publicación de un libro de cuentos, pero luego abandonó la literatura, o fue abandonado por ella. Ahora escribe sobre deportes y entrevista a atletas, a quienes admira porque «no tienen tiempo para las dudas o la introspección».Y escribir sobre victorias y derrotas, sobre triunfadores del futuro o del ayer, le ha permitido aprender una escueta lección: «En la vida no hay temas trascendentales. Las cosas suceden y luego se acaban, y eso es todo.» Lección que podría aplicarse a su fugaz fama como escritor, a su breve matrimonio o a la corta vida de su hijo mayor, Ralph, que murió a los nueve años. ¿Cuál es el drama que ha provocado el fracaso de su matrimonio? ¿Por qué Bascombe ha renunciado a la literatura? ¿Qué le anima, sino una «moral de la apatía», un vivir la vida de instante en instante, un rehuir el suicidio por los caminos de la deseada analgésica banalidad? El periodista deportivo es un implacable testimonio de los desencantos inevitables, de la corrosión de las ambiciones, del aprendizaje de los placeres mínimos que permiten sobrevivir.
En La literatura como arma ideológica, Marco Antonio Chavarín analiza dos novelas históricas de Vicente Riva Palacio --Monja y casada, vírgen y martir y Martín Garatuza--, para mostrarnos cómo este género se inserta en la lucha cultural y política entre conservadores y liberales que vivió el México del siglo XIX. Mediante un ensayo de construcción impecable y con un marco teórico sumamente preciso, Chavarín rastrea el origen y el empleo de los recursos literarios de Riva Palacio, así como los elementos culturales propios de la sociedad lectora de aquellos tiempos --particularmente los de índole moral y social que poblaban su imaginario colectivo--, para explicarnos la enorme eficiencia de sus novelas en aquella contienda histórica que habría de acrisolar la identidad mexicana. Con La literatura como arma ideológica, Marco Antonio Chavarín obtuvo el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2007.