En este primer libro Moisés Vega indaga en el tema del tiempo como un viaje interminable y su relación con la memoria --la memoria dormida y la memoria despierta--, construyendo un discurso lírico que alude a los símbolos de la belleza y la destrucción. Memorias del cuerpo es un poemario que abreva de la estética grecolatina y romántica y es, también, a su modo, una lectura atenta a la obra de autores como Bonifaz Nuño y Eduardo Lizalde. Cercano a la tradición del poema fundamental, el autor explora en los misterios de la vida cotidiana para descubrir en ellas rastros épicos mientras, paralelamente, emprende la búsqueda de una voz propia.