Alces Rejkyavik propone una indagación lírica a través de una serie de textos, poemas, fragmentos, que emulan la experiencia de cohabitar en un complejo habitacional. De tal forma, la voz poética se traviste de seis distintas perspectivas como tantos habitáculos posee el edificio. Los interiores se suceden de manera lineal, separando cada ciclo de seis fragmentos, con intermezzos líricos o espacios compartidos. Así, lo multifamiliar parece ofrecerse al mismo tiempo como lo más ajeno y enajenante, como un compuesto --ruido-- que mezcla pensamientos, versos, retazos de lo escuchado en los otros, como el "ruido de nieve" de las televisiones, como el Rejkyavik que surge, imaginado y absurdo, hecho de pura sonoridad. La presente obra constituye un ejercicio poético en el que el autor no cede a conquistas fáciles, dando a su poesía sentido del ritmo y la ironía y estableciendo la escritura como experiencia.