El título relata la historia de Mara, una adolescente que sufre acoso escolar y que además se ve presionada constantemente para entregar buenas calificaciones en casa. Es una chica parecida a las que podemos encontrar en muchas ciudades de tamaño medio en México. Fanática del anime y del manga japonés, con 14 años de edad, comparte su vida y su afición con su mejor amiga, Alba. Con ella acompaña sus días escolares y sortea su poca popularidad en la secundaria. Mara es la nerd, la que ayuda en los exámenes; a cambio, obtiene la amistad y compañía de Alba. Su afición a la cultura japonesa la lleva a experimentar como solución a sus problemas la práctica de una costumbre poco ortodoxa entre los jóvenes japoneses: el Hikikomori --el destierro en el propio hogar, el aislamiento entre las cuatro paredes del cuarto--, al que recurren jóvenes japoneses que enfrentan presiones que los agobian, como el acoso de los compañeros, problemas de comunicación, o la presión de sus padres. Inspirado por ese fenómeno social en oriente, Olmos creó la historia de Mara, quien es la primera mexicana que decide practicar el Hikikomori y así solucionar de manera radical sus problemas. La pieza aborda también la falta de comunicación entre los adolescentes y sus padres; es una obra pertinente en plena epidemia de bullying, tema recurrente por su alta incidencia en la sociedad mexicana. Lo novedoso en Hikikomori 2.0. Batalla perdida contra uno mismo es que recurre a una práctica japonesa de aislamiento doméstico para tratar un problema occidental que forma parte de la vida cotidiana. Dada la alta incidencia de diversas formas de acoso (el bullying es sólo una forma de éste) entre niños y adolescentes, una pieza como Hikikomori 2.0 resulta necesaria no sólo para ser leída, sino también vista en escena, a fin de hacer reflexionar al público sobre esta problemática.