El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Éste es el testimonio de un habanero descreído. Un hombre que regresa extenuado de un largo camino que finalmente no lo condujo a sitio alguno. Pero no es pesimista. Pedro Juan sabe que tiene que seguir adelante. Y lo mejor es hacerlo sonriendo, a golpe de ron, música y sexo. Pedro Juan Gutiérrez hace catarsis en este libro, duro y en gran medida autobiográfico, que reúne tres libros de cuentos: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí. Un lenguaje fuerte y apretado es el único capaz de expresar la rabia de quien habita en el vórtice del huracán. Pedro Juan vive al borde del precipicio. Marginal, aunque su covacha está en el corazón de La Habana de hoy. Disecciona sus alrededores con habilidad de cirujano experto. Sin temor hinca su bisturí afilado, escarba en las entrañas, y lo revuelca todo, irrespetuosamente: sexo, hambre, política, erotismo, desencanto, anhelos, ron y buen humor. Éste es el testimonio de un habanero descreído. Un hombre que regresa extenuado de un largo camino que finalmente no lo condujo a sitio alguno. Pero no es pesimista. Pedro Juan sabe que tiene que seguir adelante. Y lo mejor es hacerlo sonriendo, a golpe de ron, música y sexo. Pedro Juan Gutiérrez hace catarsis en este libro, duro y en gran medida autobiográfico, que reúne tres libros de cuentos: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí. Un lenguaje fuerte y apretado es el único capaz de expresar la rabia de quien habita en el vórtice del huracán. Pedro Juan vive al borde del precipicio. Marginal, aunque su covacha está en el corazón de La Habana de hoy. Disecciona sus alrededores con habilidad de cirujano experto. Sin temor hinca su bisturí afilado, escarba en las entrañas, y lo revuelca todo, irrespetuosamente: sexo, hambre, política, erotismo, desencanto, anhelos, ron y buen humor. Escrita con un ritmo implacable, a medio camino entre la exuberancia tropical y la negra desolación de un Bukowski, la Trilogía sucia de La Habana es un deslumbrante conjunto de relatos orquestados como una novela.
Linde faz, obra cuya autenticidad la hizo ganadora del Premio Nacional de Crónica Joven Ricardo Garibay 2018, devela el lado humano de dos de los deportes más emblemáticos de nuestro país: la lucha libre y el box.
Sin máscaras que oculten su identidad ni protectores que amortigüen los golpes de realidad, los personajes entrevistados por Aldo Rosales son retratados desde el calor tras bastidores. Así, una vez fuera del encordado y de los reflectores, hombres y mujeres, que se convierten en héroes e ídolos de multitudes por unas horas, dejan ver que en su día a día hay contrincantes más difíciles de vencer: la enfermedad, la discriminación, la desigualdad, la falta de oportunidades o la pobreza.
Pero, incluso en esta vulnerabilidad, el autor tiene una mirada esperanzadora. En las cinco crónicas que conforman este libro, además de mostrarnos la marginación de un sector social, al que la Fortuna no siempre le enseña su mejor cara, se da testimonio de la trayectoria profesional y de los triunfos conquistados por cada uno de los protagonistas. Porque, tal vez, en palabras de uno de ellos, lo importante para el éxito, tanto en la lucha, como en cualquier otra cosa, es que te lo creas.