Por surgir en un mismo territorio, por vivir bajo el mismo clima, dentro de un marco institucional común y por ser resultado de una historia compartida, las literaturas canadienses anglófona y francófona articulan una serie de valores gracias a los cuales han logrado, al cabo de los años, una convivencia pacífica y respetuosa. En este sentido, si bien existen esos puntos de encuentro, resulta imposible pasar por alto las especificidades culturales de cada comunidad pues la interacción no siempre se da en términos satisfactorios para todos