En los doce relatos que forman Grotescos y arabescos (publicados originalmente en el periódico La Tribuna) el artista italiano echa mano de un mecanismo narrativo que alcanzará sus últimas consecuencias con Il piacere, basado en la alusión de esas obras casi más vivaces que la realidad misma. Se trata de la alusión al topos artístico como método compositivo.