Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
La vida del buscón llamado don Pablos es la historia de un muchacho segoviano, hijo de un barbero-"tundidor de mejillas y sastre de barbas"-y de Aldonza de San Pedro, "que no era cristiana vieja", ambos de muy dudosa moralidad: mitad ladrones, mitad brujos. Por encima de las peripecias de Pablos, la obra es un alarde de ingenio, de hiperbólica muestra del Quevedo más inhumano, que en nada se compadece de sus criaturas. Su verismo es solo literario, y la realidad referida nos llega sometida a una genial deformación que marca una cumbre de nuestra literatura.