Una novela negra ágil, con mucha acción y una protagonista sorprendente. «Digo a mi favor que no cometí más errores que cualquier madre, fui sobreprotectora, otras veces dura, pero siempre en el afán de prepararla para este mundo traidor e incierto.¿Será que la traumé en vez de darle cariño?» La sicaria de Polanco es una novela negra ambientada en México DF en época actual. Se trata de un libro ágil, pleno de acción, protagonizado por una mujer de personalidad arrolladora. Karina Shultz sorprenderá al lector, que será cómplice de todas las peripecias que ha de vivir, de manera cada vez más atropellada, esta mujer convertida en asesina a sueldo. Es una novela policíaca, pero también social, ya que critica las diferencias tan marcadas de clase, así como la corrupción, sin moralinas ni juicios de valor. Se centra en mostrar la dualidad chocante en la que vive el personaje principal, que pasa los días intentando conciliar su vida de madre de dos chicos adolescentes y novia de un agente de policía con su papel ocasional de asesina. Pero llegará un momento en el que el frágil equilibrio en que vive se quebrará y todo empezará a desmoronarse alrededor de ella.
La edad de las tinieblas puede ser nuestra época y su cortejo de sombras, pero también el zoológico fantasmal que el humilde quinqué arroja sobre la pared en una noche lejana.
Los cincuenta poemas en prosa de este libro hacen desfilar ante nosotros el poder, la arrogancia, el afán de superioridad, la envidia y los deseos de gloria y de dinero reducidos a polvo. Y en contraste se alaban aquellos aspectos que vuelven habitable el mundo y tornan la vida en algo digno de ser vivido.
La edad de las tinieblas explora todas las posibilidades—líricas, narrativas, ensayísticas— que se abren ante el poema en prosa, el más libre y ondulante de los géneros. Babel de las ilusiones perdidas y al mismo tiempo celebración del simple estar aquí en este mundo, La edad de las tinieblas continúa y renueva una alta tradición de nuestra literatura que ha dado las obras de Alfonso Reyes y Julio Torri, de Octavio Paz y Juan José Arreola, y abre nuevos caminos para la prosa mexicana del siglo XXI.