«Vivant Denon: ¿qué es? se pregunta. ¿Un autor licencioso? ¿Un anarquista enmascarado? ¿Un arqueólogo aficionado? ¿Un hombre de gusto oportunista convertido en revolucionario? ¿Un técnico sagaz del saqueo de Europa y, por consiguiente, el inventor de la idea moderna de Museo? ¿Un diplomado en eclipses? ¿Un agente muy secreto? ¿Un cortesano? ¿Un especialista de misiones altamente simbólicas? ¿Un administrador obstinado y frío? ¿Un patriota? ¿Un amable epicúreo flotando, sin zozobrar nunca, sobre las olas de una historia embravecida? ¿Un protegido de las mujeres? ¿Un consejero de las sombras? ¿Uno de los raros supervivientes de las Luces? ¿Un hombre del pasado que franqueó victorioso la prueba del futuro? ¿Un excelente dibujante y grabador? ¿Un escritor genial que prefería el silencio? ¿Un visionario? ¿Un gozador? ¿Un intrigante? ¿Un sabio? Todo eso, todo eso, desde luego.»
Philippe Sollers