Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En Pobres magnates, Thomas Frank explora con una impresionante lucidez un fenómeno que parecería desafiar toda lógica común: cómo la derecha norteamericana logró dar la vuelta a la mayor crisis financiera desde la depresión de 1929 para convencernos de que las corporaciones que la ocasionaron, en especial, Wall Street, en realidad eran sus principales víctimas. Así, en lugar de que la crisis llevara a cuestionar el fanatismo de mercado y la desregulación financiera que permitió --una vez más-- que las ganancias millonarias fueran privadas mientras las pérdidas se socializaban, el 1% que detenta la mayoría de la riqueza salió más fortalecido que nunca, con el inexplicable apoyo de buena parte del 99% desfavorecido.