Pocos como el ensayista y filósofo Eduardo Lourenço han conseguido situar la trascendencia de la obra de Antonio Ramos Rosa en su contexto más apropiado: el de la tradición de la poesía lusa del XX. Donde acaba Pessoa, comienza Ramos Rosa, ha afirmado. Pero, ¿cómo un poeta como Ramos Rosa, cuya obra es modesto tesoro que conserva apenas una minoría de iniciados, podría continuar la magna tarea del genio Pessoa.