En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Pero el verdadero protagonista de esta historia es el gran Transasiático, el tren que desde Bakú hasta Pekín habrá de franquear puertos de montaña respetables, evitar mares de dunas, sortear ríos, atravesar desiertos y cordilleras, en un larguísimo trayecto a través de Asia central, en una historia que pertenece aún al tiempo del ingenio, al de la obra en el terreno.
Como explica en su introducción el geógrafo Eduardo Martínez de Pisón, más que una novela de viajes, es un viaje novelado, con todos sus ingredientes: larga distancia entre origen y meta, continente exótico, paisajes encadenados, descripciones geográficas, personajes variopintos, finalmente intrigas, una propuesta ferroviaria futurista y amores complicados por esa misma geografía y resueltos por el tren que vence las distancias. En Claudius Bombarnac el viaje ordena la acción y convierte la novela en una trepidante aventura ferroviaria, con la indudable marca de Jules Verne.