Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
«La historia de Ana es la de una chica que llegó a todo el mundo con la simple humanidad de su diario. Mi historia es diferente. También fui víctima de la persecución nazi y me enviaron a un campo de concentración pero, a diferencia de Ana, yo sobreviví.»Eva Schloss era muy diferente a Ana Frank, pero eran grandes amigas. Después se convertirían en hermanastras, ya que el padre de Ana, Otto Frank, se casó con la madre de Eva. Eva, como Ana, vivió el horror de Auschwitz pero consiguió sobrevivir. Sesenta años después de Auschwitz, algo la obligó a contar con una sinceridad apabullante su vida antes y después del campo. Un emocionantísimo relato sobre lo que nadie había contado hasta ahora: sobre todo lo que sucede después de sobrevivir a una tragedia sin precedentes.