Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una de ellas fue aplaudida y publicada por don Edmundo Valadés en la Revista de imaginación El Cuento. Así que ya podemos imaginar la fuerza de su prosa y el excelente manejo de lo maravilloso
que encierran estas páginas. Un niño serpiente, un infante lleno de santidad y otro nombrado o tratado como pájaro. Estas historias van hermanadas con la situación precaria de la familia, de un pueblo o, bien entendido, de nuestros propios destinos. Ante esos ambientes hostiles, llenos de intereses mundanos, nuestros héroes niños tendrán la suerte, la fortaleza de salir avante, gracias a una escritura que no sólo cree en los cuentos fantásticos, sino en las vidas llenas de magia, que tanto deben deleitarnos como lectores. Nada más clásico que la historia popular que se nos entrega a través de una pluma la de Jorge Antonio capaz de escribir en nuestra propia existencia.