A pesar de haber sido descubierto con franco entusiasmo por Octavio Paz, quien escribió inmediatamente sobre la originalidad y la fuerza de su poesía, la obra de Gerardo Déniz fue durante algunos años posesión exclusiva de un pequeño grupo de seguidores. Con el tiempo, sobre todo con la llegada de las generaciones de lectores más jóvenes, mejor dispuestos a entender una estética tan radical como sofisticada, Déniz se convirtió en un autor de culto que enriqueció de manera notable la literatura contemporánea mexicana