En el agitado Cádiz de las Cortes de 1812, la literatura satírica encontró un horizonte adecuado para su desarrollo. En este marco, el Diccionario crítico burlesco de Bartolomé José Gallardo es la obra más llamativa y, también, la que produjo un mayor efecto. Sin embargo, el Diccionario de Gallardo desborda los límites de su anecdótico origen y se convierte a lo largo del siglo xix en un clásico de la literatura satírica, comparable a los grandes satíricos ilustrados del Siglo de las Luces, con los que mantiene muchas analogías.