En estas páginas, a modo de una especie de Confesiones, relata Algazel (1058-1111), uno de los musulmanes más respetados y leídos profusamente hasta hoy, su experiencia de la búsqueda de la verdad dentro de las variadas opciones que le ofrecía la cultura de su época respecto a la aceptación o no de la filosofía en el pensamiento teológico islámico.