Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Con este libro inauguramos la nueva colección Estrategia y cuestiones militares. La presente obra es un libro inquietante. Escrito por un Coronel del Ejército norteamericano, analiza de manera documentada la evolución del pensamiento militar de León Trotsky hasta el triunfo de la Revolución rusa. Desde el otro lado de la barricada, Harold W. Nelson descubre la profundidad del revolucionario ruso como teórico militar, como estratega y general revolucionario. Si la insurrección de Retrogrado de octubre de 1917 pone de relieve la talla de Trotsky como estratega, sus análisis sobre la Primera Guerra de los Balcanes (1912-13) ya lo muestran como precursor de temáticas que serán fundamentales para el análisis del fenómeno de la guerra en el siglo XX, y que décadas después desarrollarán autores como John Keegan o Michael Howard. Contradictoriamente, esta parte de la obra de Trotsky ha sido prácticamente relegada al olvido dentro del marxismo. El propio Nelson señala, en relación a Isaac Deutscher, que incluso el más competente de los biógrafos de Trotsky escogió omitir la discusión de su pensamiento militar.