Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
Imagine que va por la calle, la misma calle por la que transita todos los días a la misma hora rumbo al trabajo o de regreso a su casa, y de repente se tropieza con un actor, una actriz, un mimo, un cantante o una malabarista que, sin pedirle permiso y ante su asombro, con sus arte de juglar le escenifica los titulares del día...