Un entrañable poemario que nos envuelve en la belleza de la cotidianidad y el misticismo de un ser que maúlla silencio y cuenta dormido pelotas multicolores, de ese ser etéreo que solía orbitar alrededor de la pequeña que ahora sale a buscarlo y grita su nombre. En estos versos, escritos de forma exquisita, que nos llevan a imaginar un ballet marino y la vía láctea, descubriremos los remedios felinos de la abuela, y si hay un hechizo para que el gato, que alivia las penas y quita el dolor, no salga de noche o por fin vuelva a casa
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