Tenochtitlan, 30 de junio de 1520. Antes de abandonar la ciudad, Cortés ordena reunir las riquezas saquedas de Moctezuma. Esa noche, a la hora en que el cielo es más oscuro, ochocientos soldados españoles mueren emboscados por los guerreros mexicanos en la calzada de Tacuba. Ochenta años después, tras una tromba que duró varios días e inundó la ahora capital de la Nueva España, una miniatura de oro aparece en la ribera dellago y el hallazgo desata la búsqueda de un tesoro maldito que se creía perdido para siempre.