Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Los Swart son una familia blanca que vive desde hace generaciones en una granja en las afueras de Pretoria, en Sudáfrica. Tras la muerte de la madre, se reúnen todos para el funeral en la casa familiar. Amor y Anton, dos de sus hijos, rechazan lo que la familia representa y no olvidan la promesa que su padre hizo a su madre poco antes de morir: que Salome, la mujer negra que lleva trabajando toda la vida para ellos y que la cuidó en sus últimos días, podría quedarse con la pequeña casa en la que siempre ha vivido. Pero el tiempo va pasando y la promesa no se cumple. La narración sigue los pasos de los Swart a lo largo de más de tres décadas; a través de la minuciosa exploración de los miembros de la familia y sus conflictos. Premio Booker 2021.