Este libro expone con rigor la insostenibilidad del TDAH como entidad clínica. Y se pregunta ¿cómo es posible que tantos sigan convencidos de su evidencia? Una perspectiva metacientífica como la de esta obra nos ayuda a comprender cómo la propia investigación científica tiende a confirmarse a sí misma. Los padres indignados con los críticos del TDAH podrían estar contentos con un libro así, pues propone ayudas para que los niños vuelvan a la normalidad y los defiende del "fuego amigo" que los convierte en enfermos.