El tráfico de esclavos y la esclavitud misma la subyugación de sociedades con larga historia y sólidas instituciones. Esas impugnaciones nacieron de los ideales igualitarios de la Revolución Francesa y las corrientes religiosas radicales del mundo protestante. A pesar de su arraigo y de los grandes intereses económicos que sostenía, la esclavitud terminó por abolirse en las colonias de Gran Bretaña en 1833, en las de Francia en 1848 y en Estados Unidos en 1865, en lo que constituyó un triunfo moral de los humanitaristas, determinante para la transformación de los grandes imperios de origen europeo.