Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
A inicios de 1910, los crímenes de Santanón y su cuadrilla representaban una afrenta para el gobierno porfirista, Salvador Díaz Mirón, el poeta y aspirante político, se ofrece para subsanar la honorabilidad del régimen. Sin embargo, los intereses políticos y personales de terceros obstaculizan su objetivo. A través de periódicos, correspondencias, telegramas y memorias, la obra nos traslada a inicios de siglo XX, para narrar la mítica persecución entre estos personajes, al mismo tiempo que presenta un vívido contexto de un México a punto de estallar en su Revolución.