Son las cuatro y media de la mañana. Desde su barca, el doctor Manfredi Monterreale y Sante Tammaro, periodista de una publicación digital, vislumbran en la costa a un hombre que arrastra con dificultad una gran maleta y la arroja entre las rocas. Unas horas más tarde, la subcomisaria Vanina Garrasi recibe una llamada anónima: una voz femenina dice haber presenciado esa misma noche, en un chalé junto al mar, el asesinato de una chica.