Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Este libro examina un tema hasta hoy inédito en la historiografía de la Revolución mexicana: la cotidianidad, largamente ignorada en favor de otras líneas de investigación. Sin duda, en lo sucesivo será referencia obligada para los lectores interesados en el movimiento revolucionario de 1910 en virtud de las fuentes utilizadas y de la manera amena y sencilla en que es expuesto en él un problema de la mayor importancia: cómo ésta opuso, a los vientos transformadores venidos de lejos, una serie de tradiciones y conservadurismos, atenuando y dilatando sus efectos. El punto de partida es el momento en que la Revolución llega a Guadalajara; el final, si cabe la expresión, el año en que el general Lázaro Cárdenas asciende a la Presidencia de la República.