El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
El hombre occidental se ha especializado durante los tres últimos siglos en el ejercicio de registrar minuciosamente sus placeres. En nuestra sociedad, la scientia sexualis ha desplazado al ars erotica. Se han multiplicado los sermones sobre “lo” prohibido. Hay placer en saber sobre el placer. La sexualidad se transforma en discurso permanente. El Estado ejerce de administrador de los cuerpos. ¿Por qué? ¿Por qué la burguesía victoriana forjó e impuso normas tales a los cuerpos? ¿Por qué tanta prolijidad, tantas reglas pastorales, tanta multiplicidad de discursos, tanto oído abierto hacia el sexo? La serie de estudios que inicia Michel Foucault con este volumen pretende aclarar cuáles fueron las relaciones históricas “entre el poder y el discurso” que forjaron el dispositivo de sexualidad que nos afecta.