El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Ninguna de las instituciones civiles es mejor que la de los ayuntamientos. Ellos no son más que la representación inmediata del pueblo, y encargados del cuidado de la salubridad, el ornato, el orden, teniendo igualmente la obligación de establecer la armonía en la comunidad y de proveer por medio de los hospitales, de las prisiones, de las casas de asilo, a la seguridad, a la tranquilidad y a las diversas necesidades de los habitantes de una ciudad; no hay encargo más honorífico, ni papel más honroso ni más digno que el de miembro de una corporación municipal; pero las funciones del Ayuntamiento deben ser meramente reducidas a su misión, y con esto tiene en verdad bastante en qué ocuparse durante el año de su encargo. Desde el momento en que el Ayuntamiento se convierte en un cuerpo político y se mezcla e influye más o menos en los acontecimientos de otro género que se desarrollan en una República, pierde totalmente su carácter antiguo y tradicional, y es una de tantas entidades más o menos influentes, pero completamente inútil para llenar los objetos esenciales de su encargo.
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