En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Fiel a sí mismo, Gilberto Aceves Navarro incorpora nuevos signos a su lenguaje justo para ser coherente con más de medio siglo de creación sin tregua. Alejado de los aspavientos y eludiendo siempre las fatigas propias de la intensidad de su vocación, renueva su discurso de mil y una maneras; entre ellas: la voracidad por observar y digerir los aportes de las diferentes culturas visuales y, también, de sus épocas de desarrollo y gestión, la revisión de su propio quehacer a la luz de sus génesis y expresión multimodal, y la ansiedad reflexiva del cómo comunicar los significados plásticos, emotivos y conceptuales que lo caracterizan y definen en un ambiente marcado por la autocomplacencia y la falta de rigor.