El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Vivimos rodeados de “cosas” que consumimos, disfrutamos,
observamos; algunas de ellas son objetos resultados de procesos de producción
de diverso grado de complejidad, también denominados “productos manufacturados”,
y si bien en muchos casos no son propiamente productos hechos a mano, siempre
existe un componente de producción en el que intervinieron seres humanos. Hay otros productos a los que denominamos “naturales”,
sin advertir que en realidad éstos también son resultado de largos y complejos
procesos de producción, almacenamiento, transporte, comercialización, hasta
llegar a nuestro mundo cotidiano o a los mercados globales.