Blaise Pascal (1623-1662) hombre de su tiempo, concilió el estilo del pensamiento directo con el arte de una retorica persuasiva, que empleaba a un tiempo la paradoja, el asombro y la sorpresa. Esta caracterÃstica estarÃa presente por igual en los dos objetos de su estudio: las ciencias fÃsicas y la antropológica cristiana.
Sólo en tres de las dedicaciones a que se entrega el ser
humano –matemáticas, música, ajedrez– se logran resultados creativos antes de
la pubertad. Hay numerosas esferas en
las que los niños muy pequeños son capaces de realizar esfuerzos de emulación
muy brillantes, pero no pasan de ser meras imitaciones. El joven Picasso imita con tremenda exactitud
la técnica compositiva y la paleta de su padre.
Las composiciones escritas por Mozart y Rossini antes de la adolescencia
son genuinamente inventivas. Gauss se
adentra en lo más profundo de ciertos aspectos relativos a la teoría de los
números primos y de las series algebraicas antes de cumplir los diez años de
edad. Capablanca y Reshevsky registran
combinaciones ajedrecísticas de una soberbia originalidad antes de cumplir
nueve años. Esto hace pensar que existe
una afinidad entre la música, las matemáticas y el ajedrez. Las tres son actividades no verbales. Parecen depender de la combinación, de la
interacción de una comprensión de las relaciones dinámicas sumamente abstracta,
y de un énfasis muy especial en las agrupaciones espaciales. La solución de un problema matemático, la
resolución de una discordancia musical o de la conclusión de un desarrollo
melódico en contrapunto, así como la generación de una posición ganadora en
ajedrez, son hechos que se pueden considerar reagrupaciones, liberaciones de
tensión entre determinados niveles de energía, tales que permitan lograr una
postura o configuración tan eficaz como armónica.
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