Nuestra alma es una morada dice Bachelard y al acordarnos de sus recámaras, aprendemos a morar en nosotros mismos. Examinar el misterio de nuestros espacios estéticos nos debe llevar, por lo tanto, a saber vivir mejor con lo que somos. Un homenaje a las potencias creativas que perduran en los espacios mexicanos
Libros relacionados
VIAJERO EUROPEO DEL SIGLO XIXI No. 31 (REVISTA) RUSTICA