Tome una masa familiar, trabajada a mano y añada los siguientes ingredientes en abundancia, sin
escatimar: amor, humor, secretos, traiciones, disparates, pequeños dramas y grandes alegrías
Debe cocerse a fuego vivo, riendo, cantando y dando voces. Imprescindible el acento napolitano.
Libros relacionados
Un daño irreparable: La criminal gestión de la pandemia